Asociación Valeriana

Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que eres
NICCOLó MACHIAVELLI

VIAJE FANTASTICO

Hace poco más de treinta años, Otto Clement y Lewis Bixby imaginaron que sería posible introducir un artilugio que circulara por el torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro y, una vez ahí, destruir un trombo que obstruía la circulación. El artilugio ideado por los dos autores, transformado en novela de éxito, era un rotundo imposible: la reducción a escala microscópica de un submarino nuclear con su tripulación a bordo que debía ser inyectado al torrente sanguíneo. Desde ahí tenía que dirigirse al cerebro para destruir la obstrucción que amenazaba la vida de un prestigioso científico cuyos conocimientos eran claves para la seguridad de las potencias occidentales. La narración tenía por nombre «Viaje fantástico».

El caso es que el «viaje fantástico» es ya posible. Pero no es un submarino el que recorre venas y arterias sino minúsculos dispositivos en forma de cápsula, de microrrobot o de microchip. Entre sus funciones se encuentran las de obtener imágenes, tomar muestras y, llegado el caso, liberar fármacos. Aunque en su mayoría se trata de opciones todavía en fase de desarrollo en laboratorios de nanotecnología, nadie duda de su potencial.

Las cápsulas endoscópicas forman parte de las opciones disponibles. El primer prototipo fue dado a conocer hace cuatro años por el investigador británico Paul Swain, profesor de gastroenterología del Royal London Hospital. El dispositivo es capaz de obtener imágenes del estómago y del intestino delgado gracias al trabajo de la compañía israelí Given Imaging, que colocó en poco más de un centímetro una cámara de vídeo, un emisor de luz fría, una batería para casi doce horas, un microchip de control y un radiotransmisor. Una proeza tecnológica que mereció encendidos elogios por parte de la prestigiosa revista británica Nature.

La misión de la píldora-vídeo es recorrer el tubo digestivo entero. El paciente la ingiere y tras llegar al estómago empieza a emitir imágenes hasta que su batería se agota o, simplemente, es expulsada del organismo. Su recorrido es propiciado por los movimientos peristálticos, los mismos que empujan a la comida durante la digestión. Durante el tiempo que dura la exploración, al menos así ha sido en los casos en los que se ha probado el artilugio, el paciente puede realizar sus actividades cotidianas con total normalidad.

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