Asociación Valeriana

El hombre es absurdo por lo que busca; y grande por lo que encuentra
PAUL VALéRY

EL ANIMO. S.M.

Normalmente, la palabra ánimo la empleamos como sinónimo de los términos energía, voluntad, esfuerzo y valor, así por ejemplo cuando queremos aumentar las ganas y energías de alguien para realizar algo, solemos decirle: “arriba el ánimo, vos podes hacerlo ”, o cuando queremos que alguien tome valor para hacer algo, le diremos: “tenes que reunir más ánimo y decirle a Juan que no lo quieres más, será lo mejor”, o por ejemplo cuando un equipo llega a la instancia decisiva dentro de una competencia, quien lo dirige, reunirá a sus integrantes y les dirá: “ánimos, que ya falta nada para lograr el sueño”.

Energía, voluntad, deseo o intención
Por otro lado, al término se lo vincula al deseo o a la intención.
“Sin ánimos de ofender, pero la comida estuvo realmente desagradable. Basta ya, no tengo ánimo de pelear contigo.”



El origen del concepto deriva de los vocablos, griego anemos, que refiere viento o soplo, y del latín animus, que implica la voluntad que hace que actuemos de determinada forma y con la energía orientada hacia una causa o intención concreta.

El ánimo entonces es también las ganas y las fuerzas que le ponemos a las acciones que llevamos a cabo día a día.
Como decíamos líneas arriba, cuando nos sentimos tristes y angustiados por algo que nos sucede estaremos sin ánimo o con mal ánimo, por tanto lo que hagamos se hará con mala predisposición y seguramente que las cosas no salgan bien.

Esto que mencionábamos configurará lo que comúnmente se llama estado de ánimo.

Mal y buen ánimo
Cuando alguien está de buen ánimo no será necesario impulsarlo a nada, ya que de manera natural estará predispuesto y con ganas de hacer cosas.

Mientras que por el contrario, cuando alguien no está de buen ánimo por algo malo que le haya ocurrido será necesario apuntalarlo y alentarlo para que pueda ir de a poco sintiéndose mejor.
El cariño y el afecto son herramientas básicas y muy efectivas a la hora de levantarle el ánimo a alguien, también lo será el acompañamiento, un regalo, entre otros.

En tanto, cuando se habla de buen ánimo o se dice que alguien está de excelente ánimo se querrá referir que la persona se encuentra feliz, alegre, y con una predisposición positiva sin igual, por tanto, puede ser el estado ideal para acercársele con cualquier motivo que se tenga.
“Descansar por la tarde me pone de muy buen ánimo. Voy a aprovechar el buen ánimo de mu jefe para pedirle un aumento.”

Y entonces, por el contrario, cuando se está de mal ánimo o se dice que tal o cual tiene el ánimo caído, tal situación podrá tener que ver con algún acontecimiento triste que haya acaecido en su vida, con un problema que no se pudo solucionar, con una tragedia que se padeció, o simplemente con un estado depresivo.
“Tengo el ánimo por el piso luego del fallecimiento de mi tío. No he podido arreglar la casa y eso me pone de muy mal ánimo.”

Cuando una persona mantiene a través del tiempo el desánimo será imprescindible realizar una consulta con un profesional para que evalúe el caso.

El término suele usarse como sinónimo de valentía, arrojo, coraje, osadía y energía, mientras que la contracara es el desánimo.

ABC.

Comentarios (0)

500 caracteres restantes

Cancel or