Abrimos las pechugas de pollo en forma de libro;  por la mitad y sin llegar a la mitad como podéis ver en la imagen. A continuación aplastamos cuidadosamente la pechuga para que quede más fina, para ello tenéis que cubrir la pechuga con papel de hornear y si no no tenéis con un paño limpio después la aplastáis ligeramente con un rodillo o  simplemente con una botella para que la pechuga quede más fina pero sin que se rompa.

Por otro lado, trabajamos un poco la crema de queso para que se pueda untar mejor y le añadimos la cucharadita de orégano. Sal pimentamos las pechugas y extendemos la crema de queso y orégano por la superficie de estas hasta cubrir.

Una vez que tenemos las pechugas con el queso le colocamos encima los pimientos asados abiertos a la mitad y empezamos a envolver la pechuga en forma de rollo.

Colocamos sobre una superficie las lonchas de beicon de forma vertical y ligeramente montadas unas sobre otras, ponemos encima nuestro rollo jugoso de pechuga de pollo y lo envolvemos con las lonchas de beicon. Para que no se suelten pinchamos con un palillo.

Dejamos en el frigorífico al menos una hora para que se enfrié bien.

A la hora de cocinarlo, cogemos una sartén y la calentamos bien, le añadimos las pechugas y bajamos el fuego. Las vamos haciendo a fuego medio hasta que queden bien doradas por fuera y hechas por dentro, unos 15 minutos por cada lado. No os olvidéis de quitar los palillos. Retiramos  la sartén del fuego y dejamos reposar las pechugas como 5 minutos, transcurrido este tiempo ya están listas para comer. También tenéis la opción de hacerlo al horno, a 180º C con el horno previamente caliente y durante 15 o 20 minutos aproximadamente dependiendo del horno. Buen provecho y espero que os gusten. Hasta pronto.