LA CONCIENCIA
Los motivos que se sustentan las decisiones la realiza la conciencia del hombre, como facultad específica emite los juicios prácticos sobre lo que es bueno o malo, recto o desordenado, conveniente o inconveniente.
La ética, entonces, supone una conducta y toda conducta tiene normas o criterios a los que tiene que ajustarse. Estos criterios son establecidos por la conciencia moral del individuo. Es allí donde se fijan las relaciones de conveniencia o disconformidad con los principios y los hechos.
En algunos casos la conciencia moral de un individuo puede que esté objetivamente equivocada y que el criterio por el que se rige sea falso; pero el hombre debe atenerse al mismo para obrar de una manera coherente con lo que piensa, y de no seguir ese criterio sería una decisión moralmente errónea. Ciertamente si no se está seguro, la obligación sería despejar las dudas estudiando a fondo el asunto, consultando a personas expertas o buscando una segunda opinión. Pero en el caso de seguridad, ha de actuar con su conciencia, pues no dispone de otro criterio racional.
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