El concepto inaceptable remite a aquello que no puede ser aceptado por una razón en concreto.

Una acción puede ser inaceptable porque rompe unas normas éticas concretas. Por ejemplo, los padres que educan a sus hijos de acuerdo a unos valores concretos pueden considerar que la actitud de su hijo es inaceptable y no tiene justificación que se haya comportado de este modo.



Cuando un niño se comporta de una forma inaceptable, los padres pueden imponer un castigo que tiene un valor pedagógico, es decir, enseña un mensaje.

Ejemplos concretos

Los adultos también pueden comportarse de un modo inaceptable: llegar tarde al trabajo de forma continuada, no cumplir con las responsabilidades profesionales sin una causa justificada, insultar a otra persona, hacer el vacío a una persona en el trabajo, expandir rumores falsos que pueden dañar la imagen de un conocido…

Existen situaciones concretas en las que la persona se comporta de un modo inaceptable y después se arrepiente de haber actuado de ese modo. Por ejemplo, una persona puede arrepentirse por haber dicho determinado mensaje bajo un ataque de ira, una vez calmada la emoción observa la realidad desde otra perspectiva.



Las acciones también están marcadas por el filtro de la subjetividad, desde este punto de vista, pueden existir acciones que no son inaceptables de un modo universal. Por ejemplo, una persona que marca una educación muy estrica a sus hijos tiene un filtro menos flexible de tolerancia y permisividad.

La cultura también influye en la definición de qué acciones son inaceptables en dicho contexto cultural y que, sin embargo, pueden ser aceptables en otro marco. La diferencia intergeneracional y el factor edad también puede producir diferencias de criterio a este respecto. Por ejemplo, los abuelos pueden no estar de acuerdo con algunas costumbres de sus nietos ya que el salto cultural en el que se han educado es enorme.

Ejemplos profesionales

El criterio aceptable/inaceptable también puede ser utilizado para medir la competencia profesional de un trabajador. Por ejemplo, un jefe puede considerar que es inaceptable la propuesta que ha realizado un trabajador durante una reunión de la empresa.

Del mismo modo, un profesor considera que es inaceptable que los alumnos copien en los exámenes y hagan trampa para aprobar la prueba. Aquello que es inaceptable resulta intolerable y no tiene justificación lógica. Desde este punto de vista, bajo ningún concepto el fin justifica los medios.

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