Diferencia entre listo e inteligente

¿Es lo mismo ser listo que ser inteligente? Con frecuencia me hacía esta pregunta una y otra vez. Llevaba mucho tiempo intentando comprender la diferencia entre el uno y el otro, y dicha curiosidad me empujó a indagar más en el asunto hasta que finalmente he sacado una clara conclusión, que aunque es puramente subjetiva, creo acercarme bastante a la realidad.

Es curioso cómo a veces piensa nuestra mente, es curioso, qué, cómo y porqué las personas actúan de forma distinta en su día a día para llevar a cabo una misma acción. Recuerdo tener dieciséis años y haberme hecho repetidas veces la pregunta ¿cómo él, es capaz de hacer eso? ¿cómo lo consigue?, me quedaba fascinado con el acto en si que una persona podía llegar a desempeñar con tal brillantez, y mi curiosidad por entonces espontáneamente me empujaba a intentar realizar esa misma acción, sin si quiera antes preguntarme si realmente debería, no obstante se me escapaba algo ¿era esa persona una persona inteligente o era esa persona una persona lista capaz de parecer el más inteligente?.

El resultado cambia mucho en el segundo caso más que en el primero, pues si algo he aprendido es que el inteligente sabe lo que sabe y lo sabe muy bien, y por mucho trabajo que pongas en hacer algo igual que él, siempre estará un paso por delante de ti, pues su conocimiento y cultura de la materia siempre será mucho más amplio, sin embargo, si resultaba ser una persona lista, todo resultaría más fácil, ya que podría rápidamente aprender lo que hubiera hecho.

Si vas a iniciar una nueva relación profesional, pregúntate siempre si esa persona que tienes delante es más lista o más inteligente, ya que esto lo cambia todo.

El trato diario con personas de distinta índole y el conocimiento acerca de ellas me ha llevado a obtener una respuesta concisa sobre la diferencia entre listo e inteligente, el poder de la información, la capacidad de reacción y adaptación al medio, el generalista y el especialista, individuos distintos que recíprocamente se necesitan.

El Listo

El listo es una persona rápida, intuitiva, sagaz, astuta, práctica, veloz, perspicaz, despierta, sutil, atenta a lo que sucede y buena canalizadora de la información. Es el triunfo de la inmediatez, la visión más corta de la jugada.

Utiliza al máximo su capacidad intelectual y aprovecha sus aptitudes y recursos para sacar todo el partido que se pueda. Es el que sabe lo que hay que hacer en cada momento y lo hace. Sabe funcionar. Sabe relacionarse con otras personas de forma natural, sabe crear feeling. Tiene una visión inmediata de la realidad. Es nutrido directamente de estímulos, situaciones que le obligan a poner en marcha soluciones concretas para resolver conflictos y contratiempos de forma eficaz. Es más tenaz que otra cosa. Requiere de más esfuerzo que el inteligente. Es más generalista, sabe un poco de aquí y un poco de allá. Sus éxitos no suelen ser brillantes si no van acompañados de mentes más teóricas y estratégicas. Sorprenden pero no deslumbran. Coloquialmente hablando es el que se las sabe todas, es hábil para la vida. No analiza tanto y se dirige a la meta con prontitud. Es la inteligencia operativa. Tiene más información que cultura.

El listo es el triunfo de la inmediatez. La visión más corta de la jugada.

El inteligente

El inteligente llama la atención por su capacidad mental global o parcial. Es el que tiene más conocimiento acerca de un área concreta. Comprende lo complejo y lo hace sencillo. Es más teórico, analista, estratégico. Acompañado de una visión más amplía, puede ser una maquina de generar brillanteces. Es más profundo; su cabeza es más lenta por la cantidad de datos que se hospedan en ella. Tiene una visión más larga de la jugada. Es más intelectual y reflexivo. Es más aprehensivo. Posee una amplia y profunda cultura de lo que sabe.

El inteligente es más teórico, analista, estratégico. Tiene una visión más larga de la jugada.

Listo VS Inteligente

A nivel empresarial, cada vez más valoran habilidades propias de ser listo como la resolución de conflictos o el trabajo en equipo, conceptos como el personal branding o el networking. Por ello, es fundamental no olvidar nunca esa habilidad de listillo, del niño capaz de salirse con la suya, de aprender por curiosidad y de relacionarse con los demás para conseguir lo que quiere, en el ámbito que sea.

Siempre ha habido menos gente lista que inteligente, la gente lista no es gente ordinaria que siga los estereotipos. El listo tiene más capacidad de convicción que el inteligente, es mejor comercial, vende más. Sin embargo tiene menos capacidad que el inteligente de combatir y defender un argumento. El listo es más impulsivo, el inteligente más reflexivo. El inteligente busca personas pares con las que relacionarse, prefiere compartir conversación con alguien especializado y con conocimientos bien profundos, el listo está siempre dispuesto a tratar con quien sea.

Un listo y un inteligente es una combinación perfecta, mejor dicho un listo rodeado de inteligentes harían una combinación arrolladora. Normalmente para que esto suceda es el listo el que suele acercarse al inteligente en busca de su talento para potenciar su valor. Sabe y reconoce hasta dónde llega su valía y la complementa. El riesgo del listo de presumir de estas capacidades es que puede caer en la vanidad, el deseo de ser admirado y considerado. El inteligente por su parte corre el riesgo de convertirse en soberbio y prepotente. Según creo, el equilibro perfecto para vivir en el mundo de hoy sería un 65% listo y un 35% inteligente.

Un listo rodeado de inteligentes es sinónimo de éxito.

Y termino compartiendo con vosotros una cita que me llamó la atención: “En un mundo donde la inteligencia ya no es tan importante y donde todo está prácticamente ya hecho y construido ellos, los listos, heredarán la tierra.” Anónimo.

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